Liber 2010 o los hombres grises

En mi primera clase de Periodismo (la primera literalmente: a primera hora del primer día de mi primer año en la UPV), un profesor fantástico, uno de esos tipos de vuelta de todo, José Caminos, nos dejó bien claro que si lo que queríamos era aprender a escribir, nos habíamos equivocado de carrera, que o sabíamos o no sabíamos, y que en todo caso, nos fuéramos a Filología Hispánica.

No le hice caso entonces, pero 6 años después, con mi carrera terminada, un posgrado en Edición de Textos y un trabajo de correctora, me apunté a Filología Hispánica, con la tranquilidad que da saber que si no te gusta una clase, te puedes marchar, que no pasa nada, que tu futuro laboral (o tu futuro en general) no depende de terminar religiosamente tus años universitarios. Allí, en mi primera clase de Filología Hispánica (la primera literalmente: a primera hora de la tarde del primer día de mi primer año en la UB), un profesor fantástico, uno de esos tipos de vuelta de todo, Javier Velaza, nos dejó bien claro lo que era la Literatura, después de dos horas de debate sobre si lo que estaba escrito en su camiseta (una inscripción celta sin descifrar) era literatura o no…: «no os preocupéis -nos dijo- yo os voy decir lo que es la Literatura hoy: la Literatura es un negocio».

Y eso es precisamente lo que viví la semana pasada en el Liber 2010, los señores grises con traje cerrando negocios, los grandes stands de las grandes editoriales que se los pueden pagar, mucha corbata y mucho miedo. Miedo a lo nuevo, al qué vendrá. La sombra del «fantasma» del e-book era alargada. Y digo «fantasma» porque como no había wifi, por más que todo el mundo hablara de ello, no había forma de comprobar in situ si una descarga de esas que anunciaban y temían las editoriales era fácil o no.

Nótese la alta concentración de hombres grises
Nótese la alta concentración de hombres grises

Así las cosas, lo más interesante fueron los talleres organizados por Ediciona, a pesar de que su enfoque era realmente básico, ya que no puedes dar una charla sobre como utilizar Twitter para rentabilizar tu negocio editorial si lo que te encuentras es que sólo un 5% de la sala tiene Twitter y sólo un 2% lo utiliza, y para más inri, no hay wifi. Lo primero es lo primero, y los ponentes tienen que explicar las bases de Facebook o las bases de Twitter. Con esos porcentajes de usuarios en la sala, yo era la única friki con portátil y módem 3g allí sentada, retransmitiendo todo como posesa, hasta que @margaojeda me mandó un saludo y así me sentí menos sola (y menos friki). De hecho, lo mejor del encuentro han sido las personas que he conocido después, «off the record», los que estamos en los márgenes (o fuera directamente) de ese negocio y creemos que nuestra situación es única para cambiar las cosas. Innovación + acción, claro que sí.

7 comentarios

Ex-editora octubre 8, 2010

Pues sí, el negocio editorial es descorazonador. Nada que ver con la imagen romántica y literaria que todos hemos podido forjarnos alguna vez. Es puro negocio, una fábrica de hacer corbatas. No importa la calidad literaria de nada, sólo si vende o no. Por eso renuncié a participar de ese mundo.

EDICIONA octubre 8, 2010

Muchas gracias por el elogio y muchas gracias por informar de forma tan completa sobre los talleres.
Un abrazo

El equipo de Ediciona

Mila Solà Marqués octubre 9, 2010

«Literatura es el arte de la palabra». El que sea negocio es algo extrínseco, tan gris como esos hombrecillos que invadían el Liber 2010. Mario vargas Llosa decía ayer que la supervivencia de la literatura no depende de la tecnología sino de quienes la utilizan como compromiso…Una obra escrita con pasión, transmite el mismo sentimiento al lector y el marketing que se haga para difundirla, quizás esté justificado. Saludos cordiales, Mila Solà

David Soler octubre 11, 2010

Tienes razón pero ten en cuenta que en realidad somos «4 gatos» en esto del 2.0. Ya lo dijo @gozque de los 800 mil usuarios de twitter en España no más de un 10% son activos… yo diría incluso algo menos. Visto así se justifica que las cosas sean básicas.

Otra cosa es la profundidad y ahí hay mucho que discutir. Por un lado cada vez se tiende a ser menos profundo (de hecho lo que se presentó en Liber era profundo para quien asistía) porque hay que saber distinguir entre libre y gratis. Pero te aseguro que poquitas cosas se pueden decir más que las que se dijeron sobre twitter o sobre fb ya que el resto es imaginación y horas de navegación para ver que hacen el otros (u horas de navegación para encontrar aplicaciones interesantes y que te sirvan).

En realidad los talleres, las charlas, las conferencias, etc… no son más que formas de expresar tu punto de vista que, a diferencia de una charla con amigos, viene precedida de un trabajo de búsqueda y experimentación. Supongo que en las otras charlas de Liber nadie soltó cual era el modelo de negocio exitoso, verdad? Todo el mundo habla de los ebooks, «critica» el proceder de las editoriales, dice lo que hay que hacer pero nadie dice «yo hice esto y me funcionó así» «yo invertiré todo mi patrimonio en hacer esto para ver…» … es el famoso «que inventen ellos». Pero nadie da más no sea que no le contraten como asesor. Veo poquita critica constructiva, la verdad.

En cualquier caso buena crónica.

editora octubre 11, 2010

Ex-editora, sí es descorazonador, pero a pesar de todo todavía quedamos unos cuántos románticos por aquí preocupados tanto por la calidad de los contenidos como de su adaptación a los nuevos formatos.

Ediciona, gracias a vosotros por los talleres, creo que fueron muy útiles para la mayoría de gente que asistió, a quienes dieron una idea global del asunto, a partir de la cual pueden empezar a investigar por su cuenta.

Mila, es bonito pensar así, la pena es que hoy en día parece que todo eso «extrínseco» se esté comiendo la literatura entendida como la pasión por la palabra. De hecho, lo vemos cada día, cuando los escaparates de todas las librerías están ocupados por los mismos libros, los más vendidos, los más promocionados… y sin embargo las pequeñas joyitas escritas con pasión (que haberlas, haylas) quedan escondidas en algún rincón oscuro donde es muy dificil encontrarlas.

David, Ciertamente, tu charla y la de @gozque fueron de mucho interés dentro del contexto del Liber y su público. A la mayoría de editores por allí presentes eso del «Facebook» y del «Twit-lo-que-sea» les suena que es lo «moderno», pero realmente no tienen ni idea de cómo aprovecharlo en su negocio, y todavía peor, aun se piensan que basta con dejarlo en manos de «mi primo ese que está todo el día con ordenadores» o similar, sin molestarse ellos en pensar una estrategia de comunicación real… Estoy segura que ninguno de ellos dejaría una campaña de publicidad televisiva, por ejemplo, en manos de «mi primo ese que ve mucho la tele».

En el resto de charlas del Liber (al menos las dos más a las que asistí) en realidad se daba vueltas en círculo sin dar soluciones a nada, básicamente se decía «el ebook lo cambiará todo» (desde los autores hasta las bibliotecas), pero efectivamente nadie iba más allá ni planteaba alternativas. Creo que pesa demasiado todavía el modelo de negocio tradicional y que las grandes editoriales ya no es que no quieran contar cuáles son sus planes, sino que no tienen muy claro hacia dónde tirar.

Noemi octubre 12, 2010

Hola!

Yo también pasee por Liber y me sentí muuuuy sola entre tanto hombre gris. Empiezo a moverme por este mundo (el de la edición digital) a paso de tortuga y en breve espero poder empezar a enseñar los frutos de mis andanzas. En cualquier caso gracias por tu blog y por tus post, seguiré pasando por aquí. Hasta la próxima!

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