Arqueología bloguera: Más sobre «El bosque de la noche»

[Hoy me apetece recuperar este texto, escrito en mi primer blog, allá por 2005]

Tengo cuatro «Bosques» en mi poder, os contaré por qué:

Yo tenía el mío, pero una vez lo dejé en casa de mis padres, mi hermano lo prestó a un amigo, y desapareció… Luego lo busqué por todas partes, pero siempre me decían lo mismo: Agotado. Entonces conocí a una argentina en el metro (sí, por increíble que suene, se puede conocer a gente en el metro). Resultó que también era periodista y la invité a un festival al día siguiente en el que se pasaba un documental en el que yo había colaborado. La semana siguiente el novio de su compañera de piso, que era pintor, inauguraba una exposición y me invitó a ir. Allí conocí a su compañera de piso que era documentalista, y quedamos en hacer una comida en su casa. Una vez en su casa, que además de casa era también un centro de yoga, con gente meditando en una sala enorme al fondo, me puse a revisar los libros de la estantería, y ahí estaba: «El bosque de la noche». «No me lo puedo creer», le dije a mi recién conocida amiga, «llevo buscando meses este libro y está más que agotado». «Es de los pocos que me traje de Argentina, era de mi madre» (sus padres habían muerto en un accidente). Me vio tan emocionada con él, que me dijo que me lo podía llevar en préstamo, y no le dije que no.

Como al fin sólo era un préstamo, y el libro tenía para ella un importante valor sentimental, y por supuesto yo pensaba devolvérselo, yo seguía buscando alguna edición en librerías de segunda mano. Entonces se me ocurrió buscar por Internet, en Iberlibro, y ahí vi que una pequeña librería de mi ciudad de origen lo tenían (yo buscando por las mil y una librerías de viejo de una metrópoli cultural, y al final estaba en la única librería de viejo de mi pequeña ciudad de provincias). Llamé por teléfono, pedí que lo reservaran, y luego envié a mi padre a por el libro.

Cuando después de un tiempo pasé por casa de mis padres, no sólo estaba allí esperándome el libro que había recogido mi padre, sino que el mío, el que yo daba por perdido, había regresado misteriosamente, y estaba en mi estantería de siempre. A mi hermano se lo habían devuelto hacía un tiempo, y nunca me lo había dicho.

Así que en ese momento yo tenía dos «Bosques» en propiedad, y uno en préstamo… A mi amiga argentina le he perdido la pista hace tiempo, y todavía no he podido devolverle el libro, pero como ya me ha pasado por dos veces perderle la pista, y reencontrármela casualmente cuando menos lo espero en la misma parada de metro donde nos conocimos, no descarto volverla a encontrar allí (y no, ninguna de las dos vive cerca de esa parada, ni tiene que pasar por allí especialmente en su vida diaria).

En cuanto a mi cuarto ejemplar de «El bosque…», estoy muy orgullosa, es una primera edición del año 1936, que también encontré por Internet en una librería perdida de Saint Augustine, Florida, y que en total me costó 21 dólares, con el envío incluido. Lo mejor de este libro, es una pequeña pegatina que tiene en la tapa de atrás, que dice: «French Bookstore – Peiping (China)», y unos caracteres en chino que no entiendo…

Me resulta increíble el viaje que ha hecho este libro, desde Londres en 1936, hasta Barcelona en 2005, pasando por Peiping y Florida, y quien sabe qué otros lugares más…

3 comentarios

Acuarela febrero 22, 2011

Me ha llamado la atención el título enseguida, porque ese libro también lo tengo en mi estanteria, y entiendo que lo hayas perseguido porque ese libro, no sé qué tiene, pero es especial…

Monogatari febrero 23, 2011

Yo tenía cuatro «bosques» también. Uno lo regalé, otro lo acabo de prestar. Los otros dos ahí, en la estantería. ¡Qué envidia me da tu primera edición!

bea febrero 23, 2011

recuerda que uno tienes que prestarmelo… el bar agarimo en la plaza cervantes de santiago de compostela, se lo dejas al camarero y yo paso a buscarlo después…

algún día.

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