Cuando Iguazú fue retenida en la aduana de Nicaragua, no me lo podía creer. Después, conseguí hablar con alguien en Correos en España y llamé varias veces a Nicaragua para saber qué estaba pasando. En Correos la tasa que nos pedían en la aduana les parecía muy irregular. A mí, de hecho, me parecía muy sospechoso que desde el viernes que retuvieron la revista, hasta el miércoles siguiente, no nos dijeran una cifra exacta, ni el concepto por el que habíamos de pagar ese impuesto. Primero decían que era por «comercialización» (y eso que la revista es gratuita). Después, decían que era por «impreso publicitario» (y eso que no lleva publicidad). Además, nos decían que una caja seguro que tenía que pagar 60 dólares, pero que la otra no sabían y lo tenían que determinar (las dos cajas eran iguales). Al día siguiente, el importe era de 60 dólares por cada caja, y tras las exhaustivas gestiones del señor Francisco Rizo, trabajador de la filial de Fedex en Nicaragua que debía realizar la entrega, el rescate final fue de 69 dólares por las dos cajas, tramitado no con una transferencia internacional a Nicaragua como me pedían en un primer lugar, sino a través de una cuenta de Correos en España, que finalmente pagó la aduana allí.
En medio de todo esto, me sucedió algo curioso. Quería contactar por messenger a Mario Martz, poeta del colectivo Voces Nocturnas de Nicaragua, y terminé hablando con Mario Martz, abogado de Guatemala, un tipo muy simpático que tuvo el detalle de mirar las leyes de aduanas en Centroamérica y me informó de que según la ley las revistas culturales y educativas no han de pagar trámites en la aduana. En su opinión retener Iguazú era un abuso en toda regla.
La versión que finalmente me ofrecían desde la aduana nicaragüense es que en realidad los 69 dólares no eran un impuesto (del que las revistas culturales estarían exentas por ley) sino una «tasa de tramitación de aduana» o algo así. En resumen, que me retienen las revistas, y luego me cobran por los gastos que les ha causado tener retenidas las revistas.
Después de pagar, no hubo ningún problema. Iguazú llegó a su destino, y ahora está siendo repartida de manera gratuita ya en Managua y será presentada en Granada la semana que viene, en el marco del Festival Internacional de Poesía.
Desde aquí quiero agradecer la dedicación que después de todo han dedicado tanto desde Correos en España como desde Fedex en Nicaragua, en especial el mencionado señor Francisco Rizo. Y por supuesto, también quiero quiero agradecer a los dos Mario Martz, el poeta a quien ya conocía vía internet, y el abogado desconocido que se entretuvo en charlar conmigo y ayudarme en lo que estaba en su mano.
No sé ya realmente si volveremos a hacer un envío a Nicaragua. Ahora queremos intentarlo con Buenos Aires y con México D.F. Cruzaremos los dedos…