Estaba leyendo a Carol Blenk. El interlocutor es la clave de todo sí.
Ahora bien, ella dice «Si el interlocutor, además, coincide que es tu pareja ya es encontrar el cielo. Si no lo es, pasarán cosas que tal vez es mejor no saberlas»; yo, sin embargo, pienso que la búsqueda del interlocutor está en un plano paralelo al de la búsqueda de pareja. Como diría Gioconda Belli «todos tenemos un amor que cumplir, nadie puede evadir su responsabilidad»… este deber que cumplir no lo encontramos en el interlocutor.
He tenido la suerte de cruzarme con grandes interlocutores. Las cartas en papel que mi amiga Bea y yo todavía hoy seguimos intercambiando, por ejemplo, han ido poniendo orden desde hace casi 15 años en nuestras vivencias, sensaciones, pérdidas, descubrimientos… Los comentarios de mi primer blog, con aquellos 4 excelentes interlocutores reunidos alrededor de la misma mesa por obra y gracia de internet. Fantásticas conversaciones sobre Cortázar en un autobús; un diario intercambiado por unos folios amarillos; la primera carta escrita por alguien por primera vez; la memoria infinita de mi tía Julia…
Y he tenido la suerte de encontrarme con mi guapa. Era más que improbable que ella y yo nos encontráramos, y aquí estamos. Tengo la casa inundada de notas y dibujos: aquí mismo en el ordenador, hay una pequeñita que dice «és precioso querer-te» (nunca había pensado que llegaría a amar tanto esta lengua «en la que el otoño es femenino -la tardor-» [Cristina Peri Rossi]).
Que mi guapa y yo nos hayamos encontrado también es clave, porque ya lo decía la Gaite: «lo raro es vivir», y no dejan de asombrarme las miles de pequeñas decisiones y coincidencias (desde la más nimia como entrar una noche en un bar y no en otro con un carrito, hasta la de más peso como apostar por Barcelona como lugar para vivir) que han tenido que darse para que llegáramos a encontrarnos.
El interlocutor y la pareja son dos búsquedas paralelas, que se alimentan a veces la una de la otra, y que en realidad nunca terminan de cerrarse. La necesidad de comunicar y la necesidad de amar siempre estarán en evolución, cambiarán con nosotros, cambiarán con nuestras parejas, cambiarán con nuestros interlocutores…
4 comentarios
Me encanta vuestra historia. Y ahora más aún, que sé de todos esos encuentros en el pasado cuando aún no os habíais reconocido…
Y sí, claro que quiero copia de esa entrevista!
Besos, guapa!
es «la tardor» tu estación preferida y me doy cuenta ya que últimamente estas escribiendo unos posts más que «preciosos», gracias… y un beso Carol por tu comentario preciós
carol, tengo la entrevista en un cd, pero la acabo de encontrar aquí por si alguien la necesita urgentemente:
http://lepisma.liblit.com/2008/01/20/carmen-martin-gaite/
la concatenación de acontecimientos es lo que hace la vida apasionante, no?
yo sigo presumiendo de haber sido uno de aquellos cuatro interlocutores…
menudo lujo…