Es una gran suerte
no saber con exactitud
en qué mundo vivimos.
Saberlo exigiría
existir mucho tiempo,
mucho más
de lo que él dura.
Conocer otros mundos
siquiera para compararlos.
Elevarse por encima del cuerpo,
maestro indiscutible
en establecer límites
y presentar dificultades.
Por el bien de la ciencia,
por la claridad de la imagen
y de las conclusiones definitivas,
alzarse por encima del tiempo
en cuyo seno todo fluye y gira.
Desde esta perspectiva
adiós para siempre,
detalles y anécdotas.
Contar los días de la semana
debería parecer
una actividad sin sentido,
echar una carta al buzón,
una travesura de adolescentes,
el letrero «No pisar el césped»
una advertencia delirante.
—
Wislawa Szymborska, Fin y principio. (Ed. Lumen).
4 comentarios
Adoro a Szymborska. Es una pasada como coloca cada palabra en su lugar exacto, como conmueve a quien lee sin hacer ningun tipo de concesión. Ella sabe lo que hay que entregarle a la poesía y se lo entrega y eso la convierte en universal y la hará eterna. Creo que es ahora mismo la mejor poeta viva.
Un beso, Nuria
¡Te voy a dar! ¿Y el nombre del traductor(a)?
Grrrrrrrrrrrr (prepárate para recibir mi venganza en forma de súperrayos sicodélicos).
Besos
Ays, Ave, sé que la edición y la traducción está revisada por Ana María Moix, pero dudo mucho que ella la haya traducido del polaco… luego lo busco y actualizo el post.
Sonia, estoy contigo, probablemente Szymborska sea la mejor poeta viva, aunque dan ganas de saber polaco para poder disfrutarla en toda su inmensidad…