Habitación en Roma

Fuente: Web oficial de la película
Fuente de la imagen: Web oficial de la película

El viernes, mi guapa y yo fuimos al estreno en Sitges de «Habitación en Roma» (diría «Room in Rome», que es el título original, pero resulta que en Sitges no hay cines de versión original). Aunque a Sitges le antecede la fama de su nombradísimo festival, la cultura cinematográfica aquí se reduce a dos cines, «El Prado» y «El Retiro», que son dos centros socio-culturales de toda la vida (eternos rivales, por lo que alguno de aquí me ha contado) y cuya sala de cine se mantiene más que nada por empeño de los socios que por verdadero beneficio (de hecho, cada uno de ellos pone dos pelis a la semana, alternando en día y hora, con lo cual saber la cartelera a ciencia cierta es un poco jaleo). Total, que el domingo pasado vimos que junto al cartel de «Habitación en Roma» ponía en un papel «Divendres. 22.30» (esta es la manera que tienen de informar de la sesión) y no quisimos perdérnosla (que aquí no era seguro que hubiera otro pase).

En la sala estábamos nosotras, una chica sola, otras dos chicas (no nos quedó claro si eran pareja o sólo amigas) y las dueñas (monísimas) de «El arte del café» (un sitio que recomiendo mucho en Sitges), que nos saludaron con una sonrisa (creo que no esperaban encontrarse con nadie conocido). Todo bien hasta que 3 megapijas con moños estratosféricos se sentaron justo delante de nosotras (y mira que había sitio en la sala). En fin, nos tuvimos que mover de lugar, y al final acabamos sentadas detrás de un chico y dos chicas que no sé por qué se pasaron toda la peli dando golpes a los asientos de delante (sin comentarios).

En fin, la película nos gustó mucho, la disfrutamos a pesar de no estar en versión original, la fotografía nos pareció preciosa y algunas escenas sobrecogedoras, pero volviendo a casa, mi guapa dijo: «¿Te has fijado que casi no se besan en toda la película?». Considerando que mi guapa y yo todavía nos mareamos cada vez que nos besamos, este punto nos parece de suma importancia. Y es cierto, en la película, apenas se besan, tal vez al principio, pero no recuerdo ningún plano especial de ningún beso. Después, mi guapa hizo otra gran pregunta: «¿De quién se enamoran?» Y a mí no se me ocurría tampoco la respuesta, pienso que se enamoran de un reflejo o algo así, algo que la una quiere ver en la otra, o simplemente se enamoran de la habitación en Roma, del momento, pero no de la persona que tienen delante, a quien en realidad, no conocen. Dice mi guapa que lo que les pasa debe de ser algo así como el síndrome de Stendhal. El caso es que se nos cae el guión de esta historia de amor, que no nos terminamos de creer, aunque la película contiene planos sumamente poéticos y evocadores.

Pero eso sí, la volveremos a ver, en versión original 🙂

2 comentarios

A. mayo 11, 2010

Ay. Yo que iba esperándome nada y me encontré con menos que nada…

editora mayo 11, 2010

A. ya le dije yo a mi guapa que si alguien escribía una crítica con sentido de esta peli, ibas a ser tú 🙂 Me encanta tu crítica. Básicamente la película es un cuadro muy bonito, muy bien iluminado, muy bien enfocado, poético en ciertos detalles (me encanta como entra y sale la cámara de la habitación)… pero eso, un cuadro, y la historia de amor, ya lo digo ahí arriba, mi guapa y yo no nos la creímos, no veíamos por dónde cogerla…

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