Desde pequeña sufro de complejo de invisibilidad. Desde aquellos tiempos en los que me perdía, hacían el recuento de niños en el autobús y se iban sin mí, hasta ahora en que sirven a todo el grupo su copa en un bar menos a mí. La frase «uy, no te había visto», la tengo más que oída. En mi carrera de periodista, sin embargo, empecé a ver este complejo como un don, ya que el don de la invisibilidad me permitió colarme no pocas veces en ruedas de prensa y eventos varios sin que nadie me preguntara nada. También me ha servido para enterarme de muchas conversaciones privadas que la gente mantiene como si yo no estuviera allí. Es una posición que con el paso del tiempo, como digo, me ha terminado gustando. Te quedas en la esquinita de un lugar y desde allí lo observas todo, sin que los demás sepan que tú estás allí. Luego, cuando llega el caso, les sorprendes con tu conocimiento de la situación, que en ningún momento esperan.
Sin embargo, cuando los proyectos en los que trabajo se vuelven invisibles, no me gusta. Cuando veo cómo en una ponencia un tipo da a entender que un trabajo de mi equipo es suyo, no me gusta ser invisible.
Tampoco me gusta nada ver cómo el libro naranja, aquella primera antología de blogs en castellano «De otro planeta«, nunca ha sido reconocida como tal, y todavía hay gente diciendo por ahí que ellos son los primeros. Por ejemplo ahora, que acabo de ver un programa en la tele en el que un periodista/blogger que tiene 200 blogs en su lector de feeds, dice que es la primera vez que se hace un blog sobre algo que todavía no existe, que esta por venir, en este caso el libro que está preparando sobre su vuelta al mundo a los 25 años. Pues no, mucho antes, en el 2006, ya estábamos por aquí innovando y se pudo seguir en directo en mi blog antiguo el día a día de la creación del libro, incluso llegué a colgar las posibles portadas, para hacer una votación entre las blogueras, y tuve en cuenta los comentarios para decidir los posts que formarían la antología final. Mucha gente se interesó, hacían pedidos antes de que existiera y preguntaban por las presentaciones.
Me preocupa un poco que ni siquiera un tipo competente como parece Marc Serena (el autor de «La vuelta de los 25») tenga conocimiento de esta iniciativa. A veces pienso si no será que al libro le pesó la etiqueta «blogs de lesbianas» y quedó reducido al «ambiente», en vez de ser destacado como lo que era, la primera vez que se recogía en un libro una recopilación de blogs escritos en castellano. De todas formas, la invisibilidad llega a tal punto, que tampoco lo citan en los artículos que hablan de literatura de lesbianas, por ejemplo en el último artículo publicado en La Vanguardia sobre ese tema.
Lo he decidido: ¡quiero dejar de ser invisible! ¿Algún consejo?
9 comentarios
Llama a todos los medios y relanza el libro.
Yo creo que deberías sentirte orgullosa de que el libro naranja fuera y siga siendo «marginal» en el mejor sentido de la palabra. ¿Recuerdas lo que pasó cuando entraste en cierta librería de cierto renombre desde donde se difunde determinado tipo de ideario/cultura y donde se supone que el libro naranja tenía que haber tenido un lugar muchísimo más destacado? Nuria: atacaste desde el margen, literalmente, y eso se lleva muy mal en según qué círculos. El artículo de La Vanguardia: pues otro ejemplo más de que lo que cuenta de cara a la galería, lo que da «pedigrí», son los circuitos establecidos. Pero ahora dime: ¿desde cuándo fue la galería el espejo en el que te miras?
Sabes lo que ese libro supuso para no decenas, no, qué digo decenas: para cientos o quizá ***miles*** de personas. Cambiaste muchas vidas, y eso es algo que creo que no se puede comprar ni con la mejor campaña publicitaria del mundo. Si la literatura tiene un poder transformador o incluso salvífico, que no te quepa duda de que el libro naranja está ahí arriba y sólo es invisible para quien nunca quiso «verlo» de verdad. ¡¡Y qué más da que algunas sigan sin querer verlo!!
Un beso grande
María: sí, siempre pienso en relanzar el libro, pero siempre doy vueltas en círculo…
A.: vaya, me dejas sin palabras, tu comentario es como un buen abrazo… no se puede decir nada más
Ey Nuria, ¡no eres invisible! :))
Aunque no conocía la existencia de tu libro, todo lo que cuelgas en tu blog queda muy presente!
Lo que seguro que, desgraciadamente, la etiqueta pesó en la difusión… 🙁
En la entrevista me refería a Cataluña, aunque también es cierto que hay una recopilación de textos de blogs en catalán del 2008 (posterior a lo que hiciste) muy interesante…
¡Gracias por tu comentario!
¡Estamos en contacto!
¡Abrazos!
Yo también tengo experiencia en eso de la invisibilidad, ya sabes.
Supongo que hay gente nace para ser Antoñita la fantástica y llamar la atención allá donde va y otros que nacemos para ser invisibles, por eso nos sentamos siempre en las últimas filas, hablamos bajito y no ponemos la música alta para no molestar a los vecinos. El problema es que mucha gente no te escucha si no gritas y no te ve si no vistes lentejuelas de colores fluorescentes. El mundo es así y es difícil cambiarlo. Piensa que el ídolo de España es Belén Esteban… Así que mirándolo bien, no es tan malo ser invisible, aunque jode y mucho.
Hay que hacer ruido, Nuria. HAZ RUIDO!
marc, gracias por el comentario, el libro «De otro planeta» surgió en Cataluña, porque yo ando a medio camino entre Soria, Vitoria y Barcelona, y la primera presentación fue en el Pati Llimona, ya ves (aunque la más concurrida fue en la Fnac de Callao en Madrid).
Muy interesante el proyecto de tu libro, por cierto, si pudiera te lo editaba yo, porque seguro que será un éxito 🙂 (me parece que buscas editorial convencional, cuando yo ahora estoy pensando en distribución primero por internet y después por librería tradicional).
Marta, tendremos que hacer ruido, sí, aunque sea sólo para contratacar a vecinos ruidosos.
Yo estaré a tu lado para lo que tu desees y necesites. Mis pensamientos sobre la etapa del libro ya lo sabes tu, no hace falta que te lo escriba :*
Una vez me pasé dos horas detrás de mi jefe en una reunión y en medio de la misma el tío me llamó al móvil para ver dónde estaba y por qué no había llegado a tiempo. Hablando de ser invisible…
Nuri…coincido con marta en que hay que hacer ruido
y doy fé pública de que a veces eres súper invisible, y es súper extraño
y con la guapa coincido en que los demás estamos para hacerte visible también, acuérdate…
y sobre el libro
pues a mi me parece precioso del principio al fín
y siempre q lo enseño digo: es de m amiga nuria y en el prologo habla de mi, y me hace mil de ilusión….
y también creo que deberiamos resacarlo…
pero claro también entiendo eso de las vueltas en círculo
muaaa