Tamaño Nuria: Los recuerdos viajan en un post-it amarillo

Esta mañana, mientras caminaba hacia la estación de tren, he visto un post-it en el suelo con una sola palabra en mayúsculas. Me ha parecido que la reconocía y he vuelto para comprobarlo. Efectivamente: SAUSALITO. El post-it estaba medio pegado entre la calle y un folio morado en blanco, sucio y pisado. He dado la vuelta a esa hoja, esperando encontrar otro nombre, pero no ha sido así. Sólo ponía: “Frutas Almería. La fruta es vida”.

Sausalito es un lugar de EE.UU en la bahía de San Francisco. En concreto, es el lugar donde vive Isabel Allende. Ella misma me escribió su dirección en una libreta, hace unos 13 o 14 años, cuando Arantxa y yo (ingenuas estudiantes de periodismo) nos colamos en una rueda de prensa y conseguimos que nos concediera una entrevista al acabar.

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3 comentarios

Laura octubre 5, 2010

Hola, Núria,

Sausalito también es un chiringuito en la playa, en el paseo marítimo muy cerca de lo que llamamos la estátua o el Vinyet.

Vigo octubre 17, 2010

Si también es casualidad que una de las poquísimas personas en España que podrían hacer esta conexión fuera la que encuentra el post-it.

Le pregunté a mi ordenador -sólo porque de vez en cuando me gusta retarlo-. Me dió varias referencias; unas evidentemente a Isabel Allende, otras a una fotografía bastante escatológica del fotógrafo Robert Mapplethorpe, y algunas referencias más pero muy vagas y sin demasiada trascendencia.

Luego pregunté al oráculo de Google, creo que ahí vi un poco más de luz -tal como dice el comment anterior- Es un local situado en primera línea de Sitges y dónde te pueden poner platos de fruta. Creo que por ahí van los tiros.

De todas maneras me sigo maravillando de la casualidad que fueras tú la que reparara en ese post-it abandonado. Y ya ves que por una tontería, me he divertido un poquito. ;D

V.

editora octubre 17, 2010

Hola Vigo!

Me alegra «verte» por aquí 🙂

Sí, ya ves, yo toda emocionada con mi referencia a Isabel Allende, y resulta que es un local de Sitges (que no conocía). Por lo demás, no es tanta casualidad que me fijara en el papel, lo mío con las letras es patológico, me fijo en cualquier cosa que esté escrita, leo desde los ingredientes de los alimentos (me eternizo haciendo la compra) hasta los carteles de todo tipo colgados en cualquier sitio. Además esta patología aumentó en mis tiempos universitarios, cuando nos veíamos obligados a apuntarnos a miles de cursos para completar créditos de libre elección, y la única manera de enterarte era leer los carteles de las paredes.

En cuanto a papeles en el suelo, mi mejor hallazgo (que todavía conservo) fue sin duda un artículo de Antonio Gala que alguien se había molestado en copiar a mano y que ocupaba 3 folios. Lo maravilloso del descubrimiento (porque en realidad Gala no es santo de mi devoción) es que el artículo hablaba de varios temas sobre los que yo estaba pensando en ese momento, y me ayudó a reafirmarme en una decisión, así que me pareció poco menos que una señal divina.

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