El día que Rutger Hauer leyó un párrafo mío

Hasta ayer no lo sabía, pero resulta que tuve un momento cumbre en mi (no)carrera de periodista con una entrevista (la única entrevista que he publicado en realidad) que hice en 2005 a la hoy Premio Cervantes Cristina Peri Rossi  y que acabó en manos del actor Rutger Hauer, quien al parecer se emocionó con la respuesta de la poeta a una de mis preguntas.

Lo más sorprendente es que me he enterado de esto ahora, 19 años después, gracias a una conversación en Twitter sobre las patatas para microondas que venden en el Eroski. Lo típico que empiezas hablando de las ofertas del súper y acabas sabiendo que Rutger Hauer ha leído un párrafo tuyo.

Un poco en la línea de las conversaciones de mi madre, os tengo que decir, que todas empiezan cuando baja a comprar y luego ya nunca sabes qué derroteros tomará la historia.

En mi caso todo empezó cuando @BdeBradbury preguntó por recetas veganas y a mí se me ocurrió citar las patatas para microondas que vende el Eroski. Esto nos llevó a la Revista Consumer (fui del equipo fundador de la web Consumer.es y pasé allí 7 felices años de profesión) y en un momento de exhibicionismo aproveché para hablarle en privado de esa entrevista y le compartí el link:

https://revista.consumer.es/portada/las-grandes-novelas-del-siglo-xx-se-han-escrito-en-el-cine.html

Lo que no me podía esperar era su respuesta, que me iba dejando cada vez más ojiplática y emocionada. No solo recordaba esa entrevista, sino que gracias a ella había cambiado su manera de enseñar Literatura en clases particulares:

Lo recuerdo perfectamente. Conocí a esta autora por la revista. ¡Qué casualidad tan bonita!

Mira, con esta pregunta estuvimos debatiendo meses en mi pandilla:

¿Podría existir un mundo sin literatura? ¿Es la literatura algo distinto a la vida?

«Nunca ha existido un mundo sin literatura, pero la mayoría de la gente puede vivir sin literatura, lee muy poco, llegan a ser ricos, presidentes, jueces, sin leer… ahora bien, la gente que a mí me interesa, lee. Creo que leer enriquece, aunque en algunos casos también puede hacer daño. De todas maneras, en la actualidad está el cine, y yo creo que las grandes novelas del siglo XX se escribieron en el cine, mucho más que en la literatura. La poesía, no obstante, es diferente, porque no se puede llevar al cine. Quizás lo que pase en el futuro es que exista una especie de novelística comercial para entretenimiento, y después quede la poesía como el territorio de la intimidad y el espacio insustituible.»

Y esta fue la que me animó a enseñar a mi alumnado de clases particulares de manera distinta a como lo hacían en la enseñanza formal:

¿Qué haría para fomentar la lectura en los adolescentes?

«El interés por la lectura tiene que ser de orden afectivo y emocional. Surge cuando el chico o la chica siente que los libros le hablan de algo que le concierne. No se debe enseñar históricamente la literatura. La literatura tiene que ser lúdica. Se puede iniciar a los estudiantes con textos llenos de humor. Tienen que entender que la literatura tiene que ver con la vida, pero si empiezan con el Mío Cid, difícilmente lo van a entender. Por otro lado yo pondría una asignatura fija de cine, les haría ver ciertas películas, y a partir de eso que leyeran la novela de la película.»

¡Anda que no ha marcado mi vida y la de mis alumnes esa pregunta!

¡Qué casualidad más bonita!

A estas alturas yo ya estaba emocionadísima, porque claro, tú un día haces una entrevista porque una amiga tuya (la que tendría que haber hecho la entrevista en realidad) se ha puesto de parto, preparas unas preguntas (sí, yo era fan de Peri Rossi, yo había propuesto que Amaia la entrevistara y había realizado el primer contacto) y no te puedes ni imaginar que eso que has plasmado ahí va a llegar a otras personas y que a esas personas les va a servir tanto y lo van a recordar casi 20 años después.

Pero lo mejor, lo increíble de esta conversación, aún estaba por llegar:

Cuando vivía en Ámsterdam fui a una charla que dio Rutger Hauer. Viajé con la revista desde España a Ámsterdam y me la llevé a la charla. Mi mejor amiga, Elma, le tradujo para mí a Rutger ese comentario. Me gané un abrazo de Rutger gracias a ti.

Rutger hacía muchos cortos. Los guionizaba, dirigía y protagonizaba él mismo.

La pregunta pegaba porque presentaba un corto fascinante. En el primer corto (no era la presentación, era antiguo) una poesía era lo que desencadenaba la historia y en el segundo el prota está todo el rato leyendo sabiendo que va a morir y alguien le pregunta por qué elige estar leyendo en vez de estar haciendo algo más «emocionante». En este corto sale sólo él. Y la respuesta era bonita.

Luego estuvo comentando lo conectado que se sentía a la literatura latinoamericana. Y recitó poemas de distintas personas de memoria. No hará falta que te diga que salí enamoradísima. Era una persona adorable.

Para que veas las vueltas que dio aquello.

Aún no me lo creo, la verdad. He querido dejarlo por escrito y compartirlo porque como me dijo BdeBradbury:

Ahora que no está Auster para apreciar esta casualidad, tenemos que apreciarla nosotras.
A veces la vida es bonita, oye.

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